Jerusalén Este, por el contrario, tiene un ambiente muy diferente. La zona tiene predominio de población árabe y ofrece un ritmo de vida más relajado, con mercados callejeros en lugar de centros comerciales. Sin embargo, los agujeros de bala que marcan las fachadas de muchas de las casas de estos barrios son un triste recordatorio del conflicto político que aún persiste en Oriente Medio y un claro ejemplo del relativo abandono económico que sufre esta parte de la ciudad. Jerusalén Este tiene una gran presencia policial, en especial debido a la situación política actual.
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