Desde muy pequeño, Tepes mostró una fascinación morbosa por las mazmorras del castillo de su padre. Es un héroe en su tierra, por la resistencia feroz que opuso al avance de los otomanos. Sin embargo, fue extremadamente cruel con sus enemigos, a los que condenaba a la pena capital de empalamiento. Cuenta la historia, y de hecho hay grabados que lo avalan, que Vlad Tepes echaba en un cuenco sangre de sus víctimas y mojaba en ella el pan mientras comía. En la imagen una pareja de novios rumanos de Alcalá de Henares (Madrid), se casan en Sighisoara.
2 Comments
…me alegra volver a verte por tu blog!!! Dèsirée
Sé que te alegras, ya tocaba ir actualizándome un poquito.