Al final no fue para tanto, como casi siempre. Mucho avisar para no pillarse los dedos y nada. Es como el cuento del lobo, y luego se extrañan.
“Tengo una máxima en la vida, una máxima inspiradora que me marca el camino y dirige mis pasos. Creo que es necesario transmitir emociones y sentimientos mediante momentos irrepetibles, haciéndolos eternos con un click. Pasional siempre, ilusionado en cada proyecto de mi vida personal y profesional. Ese soy yo”.
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