Desde que el navegante mundial Marco Polo partiera de su pueblo natal de Korčula, una isla en las cercanías de Dubrovnik donde todavía se conserva y está abierta a visitas turísticas su casa natal, esta localidad medieval y su rica historia se han transformado en un modelo de arquitectura urbana de piedra, de líneas ordenadas, que se mantiene intacto hasta el día de hoy. Los autores de su arquitectura municipal diseñaron de manera especial la planta de esta localidad, disponiendo las calles en forma de espina de pez, de tal modo que las mismas están bañadas por el sol durante la mañana y la tarde, pero no durante el calor del mediodía.
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Buen comienzo