Barefoot Running
Texto y Fotos Helena González
¿Qué significa el hecho de correr descalzo?
Correr es sinónimo de libertad, exuberancia y vida. Correr descalzo: mejora todas estas sensaciones, tanto desde el punto de vista emocional como desde el natural y el morfológico. Es por eso que el “Barefoot Running”, literalmente correr descalzo, atrae y fascina a muchos aficionados, empezando por el famoso Abebe Bikila, atleta etíope que se convirtió en campeón olímpico de dos maratones corriendo con esta modalidad, en Roma en 1960 y en Tokio 4 años después.
Correr descalzo: pros y contras
En el sentido actual, el Barefoot Running puede significar correr usando zapatillas de correr minimalistas con muy poco apoyo y soporte para amortiguar los golpes o, directamente, correr descalzo. A pesar de ser una especie de moda nacida en la época de Bikila, incluso hoy en día existe una cierta diatriba entre las dos “facciones”. Por un lado, están los seguidores de lo natural, según los cuales la forma más correcta de correr es como la naturaleza nos ha construido, para tener una mayor sensibilidad del pie durante la carrera y una mayor eficiencia. Por otro lado, están los defensores del calzado súper acolchado que creen que los impactos excesivos en el suelo (debido a la falta de zapatos) puede ser la causa de las lesiones y del dolor en las articulaciones; estos defienden el uso de una buena dosis de caucho, gel o espuma particularmente flexible, para una carrera cómoda y correcta.
Desde el punto de vista de la postura, algunos estudiosos tienden a inclinar la balanza a favor de Barefoot Running, ya que al enfatizar el apoyo del antepié se reduce el peso de la carga en el suelo, así como la amplitud de la zancada que aumenta la velocidad en la carrera. Al realizar movimientos menos acentuados en la articulación de la rodilla, con una mayor activación de la flexión plantar, se mejora la estabilidad y la coordinación de los gestos técnicos. Este tipo de soporte produce un fuerte equilibrio del centro de gravedad, lo que hace que la carrera sea menos costosa desde el punto de vista de la energía. De esta forma, se argumenta que las lesiones se reducen, gracias a un impacto reducido y una mejor gestión postural.
Pero no todos piensan de la misma manera. Debido a nuestro estilo de vida y a nuestros hábitos de movimiento más habituales estamos acostumbrados a usar zapatos que nos protegen en superficies rígidas y uniformes la mayor parte del tiempo, por lo que nuestros pies son muy sensibles, no son totalmente funcionales y ni siquiera son lo estables que deberían ser. ¿Quizás nuestros pies, no están preparados para correr descalzos debido a la sobrecarga funcional y el alto riesgo de molestias y lesiones? Por lo tanto y bajo tales condiciones, la sobrecarga anularía todos los beneficios descritos anteriormente que estarían a favor de correr descalzo.
¿Es mejor el Barefoot Running o es mejor utilizar el calzado apropiado?
Nos atrevemos a decir que la verdad se encuentra en un punto intermedio: el Barefoot Running puede ser una buena forma de correr para corredores preparados o suficientemente instruidos; para todos los demás, los que carezcan de la debida precaución y entrenamiento, es mejor la opción de correr con calzado, aunque sea con zapatillas de correr minimalistas.
Lo mejor sería poder reconciliar a los defensores de una y de la otra postura: reconociendo que el correr descalzo permite reactivar el pie y el tobillo, mejorando la estabilidad y el manejo del impacto. Todos los corredores deben intentar realizar ejercicios de estiramientos o entrenamientos ocasionales descalzos (tal vez en terrenos blandos) y luego continuar usando sus propios zapatos. Este sistema puede permitir una carrera más eficiente y una estabilidad más adherente, incluso con zapatillas de correr clásicas.
Sea como sea, ¡no te olvides de usar ropa deportiva adecuada para cada tipo de modalidad!
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