—A la mano de Dios —dijo Sancho—; yo lo creo todo así como vuestra merced lo dice; pero enderécese un poco, que parece que va de medio lado, y debe de ser del molimiento de la caída.
—Así es la verdad —respondió don Quijote—; y si no me quejo del dolor, es porque no es dado a los caballeros andantes quejarse de herida alguna, aunque se le salgan las tripas por ella.
2 Comments
hola Miguel, enhorabuena por estas fotos, la que estoy comentando me recuerda a los parques eolicos que ahora estan plagados por Galicia, a fin de cuentas aunque para fines distintos los dos utilizan el viento
un abrazo
Sí, efectivamente… eran campos eólicos de los siglos pasados., que servían para cosas diferentes, no producían energía, pero movían piedras de moler trigo (buenos, eso ya lo sabías tú)…
Un abrazo