Presa de Aldeadávila. Otra forma de verla.
Primero llegó el granito. En segundo lugar el agua. Después, sin prisa, el tiempo se encargaría de formarlos. En cada rincón rocoso, las huestes del reino vegetal se establecerían aprovechando la humedad y las dulces temperaturas de los fayales, y sustentando, a su vez, a sus móviles consumidores o a los que se comen a éstos.
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