Que mal sienta cuando la cámara dice basta. No es ningún truco, es la cortinilla del obturador, en fin, estas cosas pasan. La cámara al taller, y hoy sigo en el colegio.
“Tengo una máxima en la vida, una máxima inspiradora que me marca el camino y dirige mis pasos. Creo que es necesario transmitir emociones y sentimientos mediante momentos irrepetibles, haciéndolos eternos con un click. Pasional siempre, ilusionado en cada proyecto de mi vida personal y profesional. Ese soy yo”.
2 Comments
Que no me pase eso a mi camara, que me cago patas abajo…..
pero eso som gajes del oficio no ??’ pero si que es una faena , sobre todo si te enteras cuando terminas ,