La Cúpula de la Roca, el más antiguo de los edificios musulmanes conservados. Si su apariencia es insólita, no lo es menos su aislamiento en medio del inmenso rectángulo del Haram al-Sarif y aún aparece sobreelevada en el centro de una amplia plataforma yerma, en la que únicamente florece la arquitectura. Consta que se acabó en el año 72 de la Hégira (691 ó 692), durante el califato de Abd al-Malik; es indudable que se construyó en el solar del Templo de Salomón, sobre el Ara de los Sacrificios, y esto no puede ser casual, aunque la tradición afirma que sólo se quiso preservar el recuerdo del viaje del Profeta al Paraíso, cuya apariencia competía, además, con los edificios cristianos de la ciudad, como el Santo Sepulcro, la iglesia de la Ascensión y la tumba de la Virgen; por tanto, no se construyó una mezquita, sino un mashad, que significa lugar de martirio, aunque en este caso se refiera a la manifestación del Profeta. La “Mezquita de Omar” es el edificio que más suele destacarse en las fotografías de Jerusalén, con su cúpula preciosa de oro.
Pertenece a los Musulmanes. Según la tradición, es el lugar donde llegó Mahoma en una noche desde Medina, y desde donde subió a los cielos. El interior tiene la Roca donde pisó Mahoma. A la derecha de este templo está la Mezquita de Al-Aksa, con capacidad para 10.000 personas.
Está localizado exactamente en el lugar donde estaba el Templo, y el motivo de más controversias entre Musulmanes y Judíos, porque para reconstruir el Templo hay que destruir las dos mezquitas.
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