Hay algunos que se sienten Dominguines por la vida, y no les vale contarlo ya que necesitan escribirlo sobre unas mugrientas paredes, ya les vale. Amén de que vaya lugar que eligió para practicar sexo con la pedazo de pibón. Fantasma y fanfarrón.
“Tengo una máxima en la vida, una máxima inspiradora que me marca el camino y dirige mis pasos. Creo que es necesario transmitir emociones y sentimientos mediante momentos irrepetibles, haciéndolos eternos con un click. Pasional siempre, ilusionado en cada proyecto de mi vida personal y profesional. Ese soy yo”.
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