Rayo Vallecano

Hoy como no tengo ninguna contra que publicar, traigo a mi blog una foto para el recuerdo, el sexto ascenso del Rayo Vallecano en su retorno a la primera división de la mejor liga del mundo, o eso dicen. Aún recuerdo su primer ascenso en la temporada 76-77, yo era un chaval (12 años), subido al muro del Nuevo Estadio de Vallecas, jugaba el Rayo contra el Getafe, en sus filas históricos como, Alcázar de portero, Tanco, Uceda, Potele, y Felines que marcó un gol por equivocación casi al final del partido, el empate que era lo que tenía que ser fue rápidamente subsanado, y el estadio gritando de alegría “que se besen, que se besen”. La misma edad que mi hijo (en la imagen celebrando el ascenso en la fuente de la Asamblea de Madrid).
Es un orgullo y hay que resaltar que este equipo, mi equipo, un equipo de barrio, humilde y obrero, vuelve a la primera división del futbol después de un año duro, difícil, donde la crisis se ha cebado especialmente con ellos (como con el barrio al que representan), donde nos hemos enterado que algún jugador ha tenido que dejar el coche en el taller por qué no tenía dinero para pagar la avería, o que Sandoval (el entrenador), incluso iba en bicicleta al entrenamiento (no era por dinero, sino dignidad). Donde sus empleados lo han pasado más que moradas para llegar a final de mes, o que el equipo de fútbol femenino a pesar de casi no poder pagar los arbitrajes se han proclamado campeonas de la Superliga de fútbol femenino.
Esta entidad (sus trabajadores), han demostrado como se deben hacer las cosas cuando los gestores fallan, con orgullo, trabajo, dedicación, respeto y dignidad han llevado a este equipo a los más alto, a primera, han salvado al club, a un equipo de barrio humilde y obrero.
“Sí, sí, el año que viene Rayo- Madrid”. ¡Temblad, ha vuelto el auténtico “MATAGIGANTES”!
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