En recuerdo y honor del Santo de su nombre, lo llamó San Felices, y habiendo traído consigo para hacer la fundación una colina de gallegos, según consta por una tradición autorizada, recibió el nombre compuesto de San Felices de los Gallegos, con el se designa en la historia desde la más remota antigüedad. Estos primeros pobladores no es necesario que fueran de la Galicia actual que nosotros conocemos, sino que hasta que fueran y es lo más probable, moradores del otro lado del Duero, donde por entonces empezaba la provincia de Galicia, para que pudiera recibir ese nombre.
San Felices de los Gallegos yace en vistoso llano, con fuerte castillo, bañandola hacia Portugal el río Agueda, fértil de pan, vino, aceite, ganado, casa y pesca, una sola parroquia, tres hermitas, un convento de monjas y otro de frailes, hoy en día destruido.
San Felices de los Gallegos yace en vistoso llano, con fuerte castillo, bañandola hacia Portugal el río Agueda, fértil de pan, vino, aceite, ganado, casa y pesca, una sola parroquia, tres hermitas, un convento de monjas y otro de frailes, hoy en día destruido.
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