“Todos los días son viaje”, escribió el poeta japonés Matsuo Basho hace más de 300 años en la primera anotación de su obra maestra, “Sendas de Oku”. Basho fue uno de los creadores más brillantes de haikus, cortas y sencillas composiciones que hablan de la naturaleza y de la vida cotidiana. Versos austeros y libres. El verano pasado un compañero de ABC, Alfonso Armada, publicó un haiku diario en el periódico, un ejercicio de provocación poco habitual en estos tiempos de molicie. Pienso en la frase de Basho y en esos poemitas mientras miro esta foto sin pretensiones. El asfalto y el cielo. El poeta definía sus lecturas como “conversaciones entre el fantasma y el futuro fantasma”. Por esa carretera de las Shetland pasaron dos futuros fantasmas durante su viaje de ese día.
Foto Miguel Berrocal
Texto Miguel Á. Barroso
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