Detrás de un lápiz y un cuaderno, un peque sentado en pupitre, quizás algo grande para su edad, el ambiente relajado, las profesoras corrigiendo la caligrafía y la presencia del autor que está a través de un encuadre, distinto, diferente, atrevido, pero invisible a los niños, una de las características más difíciles de conseguir en una fotografía, contar lo que sucede sin que el fotógrafo tenga ningún protagonismo en la escena, en definitiva un buena foto. Ricardo Gutiérrez
Editor Gráfico del Diario El País
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Si, lo más es conseguir ser invisible, sobre todo al trabajar con niños y lo ha conseguido, felicidades.
Saludos