Puente de ferrocarril sobre el río Jarama, “el tren de Arganda, que pita más que anda”.
Cuentan que en cierta ocasión un cojo aprovechó la lenta velocidad del tren para bajarse y coger uvas, fue tal el atracón de fruta que el médico le tuvo que curar de disentería. Dicen que el tren tardaba en hacer el recorrido hasta Ambite (apenas 65 km) seis horas, los viajeros se bajaban del tren para recoger rastrojos secos para alimentar las calderas de vapor del tren.
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