Que en un colegio cuelgue un cartel que reza “Somos niños felices” podría parecer una redundancia sin sentido. Pero una ecuación tan evidente como niños = felicidad, desgraciadamente, ha dejado de serlo. Explotación infantil en el trabajo, abusos sexuales (y pederastas condenados en la calle), secuestro y tráfico de menores, maltratos familiares, ablación y hambruna en el Tercer Mundo, guerras, refugiados, terremotos… Cada día le roban a millones de niños lo más sagrado que poseen, su infancia. Por eso, es bueno que unos cuantos locos bajitos nos recuerden, desde el cartel de un colegio de Madrid, que ellos sí son felices, que éste sí es país para niños. Y, aunque los rostros de dos de ellos que pasan ante el cartel están velados, adivinamos unas sonrisas. Natividad Pulido Jefa de Sección de Cultura
Leave a reply